Dentro de las actividades logísticas, el transporte es de las más externalizadas (incluso por los propios operadores logísticos). Ello implica en la práctica que la empresa (exportadora o importadora) desarrolla su gestión y contratación con una empresa de transporte internacional de mercancías, surgiendo así el contrato de transporte internacional.

La empresa debe conocer los distintos aspectos (comercial, técnico, tarifario, jurídico, etc.) que cada medio de transporte ofrece, para así poder elegir el idóneo y gestionar correctamente su contratación en función del Incoterm aplicado al contrato de compraventa (ver El Exportador nº 155) y de las características específicas de cada envío. A priori se presentan tres grandes modalidades de contratación.

Modalidades de contratación del transporte internacional

Se utiliza en el caso de envíos masivos de producto a granel o carga indivisible, que suele ocupar toda la capacidad de carga de un buque, tren o avión de carga. Se pactan las condiciones del contrato en función de la operación:

Regular

El envío ocupa una unidad de transporte (semirremolque, contenedor, ULD o vagón completo o su mayor parte). Las condiciones del contrato suelen estar predefinidas (tarifa marítima) o se pactan para dicho servicio.

Grupaje o consolidación

El envío (palés, paquetes, bultos, etc.), no completa la unidad de transporte, por lo que se requieren operaciones de consolidación y desconsolidación (se comparte el espacio).

Transporte por carretera

Es el único medio capaz de realizar el servicio puerta a puerta, siendo además un medio de transporte flexible, muy competitivo, relativamente rápido y sencillo de contratar (se puede recurrir a bolsas de carga o e-tender de transporte). Es muy utilizado en la UE pese a que la política de transporte comunitaria trata de reducir (de manera forzada) su cuota de mercado en favor de otros medios con menos costes externos (contaminación, congestión, etc.) como el ferrocarril o el marítimo, con los que deberá coordinarse en función de la comodalidad (creación de cadenas eficientes de transporte intermodal).

Se suele contratar con empresas de transporte (con flota) y operadores que ofertan diferentes modalidades de servicio (camión completo, paletería, paquetería, etc.). El tráiler presenta una capacidad de carga de hasta 33/34 europalés (entre 85 y 102 metros cúbicos).

El contrato se formaliza en la carta de porte CMR, siendo aplicable el Convenio relativo al Contrato de Transporte Internacional de Mercancías por Carretera, de 19 de mayo de 1956 (Convenio CMR), que establece un régimen de responsabilidad del transportista conforme a unos supuestos (pérdida, avería y retraso) y a unas causas de exoneración. El límite de responsabilidad del transportista se fija en 8,33 derechos especiales de giro (DEG) por kg bruto de mercancía perdida o dañada (el DEG oscila entre 1,1 y 1,4 euros, lo que ofrece una equivalencia de entre 9 y 12 euros pr kg bruto). En caso de retraso, la indemnización no superará el precio del transporte. Cabe pacto de sometimiento a juntas arbitrales de transporte para la resolución de las controversias como vía alternativa a los tribunales.

Transporte marítimo

Es el que mueve mundialmente mayor cantidad de mercancía y supone un pilar de la actual globalización y deslocalización (tráficos con el Sudeste Asiático). Su principal problema es la lentitud. Cabe la contratación en régimen de fletamento (buques completos), pero la mayor parte de las empresas contrata sus servicios regulares (puertos, rutas y condiciones preestablecidas), ya sea en la modalidad de contenedor completo (FCL) o grupaje (LCL). Los tamaños más usuales de contenedor son los de 20 y 40 pies.

Se suele contratar mediante operadores logísticos, transitarios o directamente a la compañía naviera (consignatarios de buques). Las tarifas marítimas (se pueden solicitar en webs como iContainers) suelen componerse de diferentes conceptos de coste englobados en grupos (gastos FOB, flete y recargos, gastos en destino) y desglosados en conceptos no normalizados que conviene aclarar y hacer coincidir con las obligaciones de la empresa exportadora o importadora de acuerdo con el contrato de compraventa e Incoterm aplicado.

Las condiciones de contratación se suelen aplicar por parte de la compañía naviera a modo de contrato de adhesión en el propio reverso del conocimiento de embarque, que constituye el contrato de transporte sujeto a la Reglas de la Haya Visby como marco jurídico regulador de dicho contrato (fijan un límite de responsabilidad de dos DEG por kg bruto de mercancía perdida o dañada o 666,67 DEG por bulto si así se declaró en el bill of lading -la cuantía que resulte mayor-).

Transporte aéreo

Se utiliza para mercancías de alto valor, urgentes, perecederas, muestras, documentación, etc. Su principal ventaja es la rapidez y su problema el alto coste. Se puede contratar con la aerolínea o mediante agentes de carga IATA. El contrato se formaliza en la carta de porte aéreo o air waybill al que le resulta de aplicación el Convenio de Montreal de 1999. El límite de responsabilidad del transportista se fija en 19 DEG por kg bruto de mercancía faltante, dañada o retrasada.

Transporte ferroviario

Tras su liberalización impulsada por la UE (más teórica que real por ahora en el caso español), su cuota de mercado sigue siendo muy escasa. España requiere además grandes inversiones en infraestructuras para conectar con Europa en ancho UIC (corredores ferroviarios incluidos en la Red Transeuropea de Transporte), lo que debe permitir ganar cuota de mercado y captar nuevos tráficos en colaboración con la carretera (véase como ejemplo el servicio de Lorryrail).

Se contrata con operadores especializados o con las propias empresas (Renfe y otras). La contratación se formaliza en la carta de porte CIM y el marco jurídico aplicable es el Convenio COTIF-CIM actualizado por el Protocolo de Vilna de 1999 (se fija el límite de responsabilidad del transportista en 17 DEG por kg de mercancía faltante o dañada).

Otro aspecto final que debe tenerse en cuenta es la conveniencia de plantearse la contratación de un seguro que cubra las pérdidas y daños de las mercancías durante su transporte internacional.

Así pues, la empresa dispone de un amplio abanico de posibilidades para optimizar la gestión logística y el transporte internacional de sus mercancías con el objetivo de cumplir con la satisfacción del cliente y consolidar su internacionalización en un mercado global.

 

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